viernes, 12 de septiembre de 2008

Behind The Scenes


Y llegó finalmente el día de la entrevista. A las 9:15 am me encontraría con el cardiólogo que elegí para entrevistar. Pasé en limpio las preguntas que había preparado como ayudamemoria, para evitar quedarme en silencio durante la entrevista (aunque el silencio, a veces funciona como un recurso, para hacer que el entrevistado continúe hablando). Me aseguré de tener el mp3 que utilicé como grabador, con las pilas cargadas y salí rumbo al consultorio. Llegué y esperé unos cinco minutos a que llegara el médico. Me saludó cordialmente y me hizo pasar a su consultorio. Ya había un hombre aguardando en la sala de espera a ser atendido. Yo pregunté si era un buen momento, a pesar de haber ido en el horario que el propuso. Me dijo que si. Lo noté algo impaciente, apurado. Los médicos siempre parecen tener algo más importante que hacer. De todas formas, solo fue una impresión, ya que luego tomamos asiento y comenzó la entrevista de manera muy relajada. Saqué mis notas, mi bolígrafo negro y comencé a grabar. La entrevista fue bastante más breve de lo que pensé. Dura unos 15 o 20 minutos. Sin embargo, al desgrabarla noto que crece el número de páginas: el hombre habla rápido. Piensa rápido y contesta del mismo modo. Sus momentos de silencio reflexivo son cortos. Y luego llega lo más complicado: el momento de editar. Las decisiones que hay que tomar, los recortes, los cambios. Todo lleva tiempo, y un debate interno que acompaña: ¿está bien alterar un poco el contenido de la entrevista? Leyendo modelos, que ayudan a inspirarnos, nos arriesgamos a realizar algunos cambios. Algunos sutiles y otros no tanto. Todo sea por tener una entrevista interesante.

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