martes, 14 de octubre de 2008

El Interior- Martín Caparrós

Tras leer las crónicas de Caparrós, siento una inexplicable necesidad de explorar esos espacios que el nos muestra. Es impecable la descripción que realiza de esas dos provincias, y esto hace que la lectura sea muy interesante. Aparecen distintos tipos de recursos estilísticos. De repente podemos encontrarnos con fragmentos de conversaciones que el autor escucha a medida que va recorriendo las tierras. A veces surgen líneas sueltas, breves poesías que van ligando las diferentes descripciones y también la información sobre la historia del lugar. La manera de narrar de Caparrós es atrapante. Con sus expresiones tan porteñas, marca claramente su lugar de procedencia. En el caso de Rosario, el recorrido de monumentos ignorados, prostíbulos bizarros, escuelas, comedores, shoppings deshabitados dejan descubrir la verdadera cara de muchos mitos que la gente de Santa Fe se encarga de difundir en su anhelo de ser superiores a los de Buenos Aires: «la mejor ciudad para vivir», «las mujeres más lindas» y algunas otras que nos provocan risa.
Demuestra que no todo es como lo pintan, pero a la vez rompe con la creencia de que el Interior es todo campo, ranchos y «animales que se pasean crudos por las praderas y los bosques». Son ciudades como la nuestra. Bah, no como la nuestra, pero se esmeran por lograrlo. Al menos esa es la impresión que nos deja la crónica de Rosario, que es la que más me gustó.
En ambos capítulos se observa el predominio de la pregunta: los contactos de Caparrós son ideales. Lo que saben, lo que cuentan. Para un cronista novato conseguir los datos que el consigue sería muy difícil. Allí se ve el trabajo de investigación previo que se llevó a cabo para realizar estas crónicas.
Otro punto relevante es el sentido del humor: la ironía de Caparrós es clave. De este recurso se vale repetidamente. Da a conocer su opinión de una forma muy ingeniosa. Su manera de hablar con la gente, los chistes que le hace a los lugareños y que generalmente resultan fallidos, resultan muy divertidos.

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